jueves, 26 de febrero de 2009

Los sabores de la calle

Al igual que Latinoamérica, la ciudad de Medellín es el resultado de la constante mezca de razas y culturas, costumbres y creencias, preparaciones y sabores. En la calle aparecen desnudos los sabores de la ciudad tradicional, de los campesinos y del pueblo.

Las calles de Medellín son testigo, cada tanto, en las aceras y las esquinas de cómo la ciudad ofrece puestos improvisados de alimentos que no tienen mesas ni meseros pero que pueden ser más amenos que cualquier restaurante, donde se hace honor a los más tradicionales platillos, con lo que se alimentaron padres y abuelos y que poco a poco empiezan a ser rechazados por los jóvenes que interesados en costumbres importadas, desconocen la comida que disfrutaron tantas generaciones.

La empanada gana en cantidad y terriotorio. Es posible que usted encuentre hasta tres puestos entre una cuadra y otra. Este envuelto de maíz relleno de carne y papa se come frito aderezado al gusto con una mezcla picante de cebollas, pimentones y ají. La empanada es un legado de tres culturas; la indígena por el maíz, la africana por el relleno y la europea por la envoltura: por lo que este alimento podría considerarse como mestizo y está presente de Norte a Sur en la ciudad.

Comer en un puesto ambulante de comida, es un ritual que se hace con ligereza y según los productos, con un poco de dificultad; es posible que usted comparta con el vendedor mientras se saborea un bocado y con los otros comensales que de acuerdo a la aceptación que tenga el sitio, pueden ser bastantes.

La magia de los sabores de la calle es su carácter rápido y efímero, no hay tiempo para utilizar cubiertos ni platos adecuados, aquí el cartón y el Icopor son los materiales principlaes que reemplazan la impecable vajilla. Los sabores aunque pasan rápido por la boca, en ocasiones pueden dejar como recuerdo un aroma imborrable en las manos al menos por las primeras horas.

Somos hijos del maíz, con él crecimos y nos seguimos alimentando: las arepas aunque no le roban el puesto urbano a las empanadas, son de los alimentos más comúnes que ofrece esta popular gastronomía. Usted puedo conseguir arepas de chócolo con quesito, de queso con un dulce que neutraliza la sal de la primera o la tradicional con mantequilla y cualquier acompañante, que va desde un trozo de morcilla hasta una carne de hamburguesa.



Los dulces también pelean por su espacio y se ofrecen de diferentes sabores, texturas y colores. Si tiene sed puede calmarla con un "raspao" de hielo donde se dibuja una arco iris que se derrite con el sol. Un postre divertido puede ser el algodon de azúcar que desaparece al tocar la lengua y se asemeja a nubes dulces entrando por la boca.


La calle es un banquete donde usted puede elegir entre muchas opciones que no tienen espacio para lo "light" bajo en aúcar o en grasa pero sí para deliciosas preparaciones que dejan conocer esta Ciudad por medio de sus más representativos sabores.

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